A través de los restos conservados en este yacimiento, podemos comprobar como estaba estructurada y conocer todas las partes de una ciudad griega.
Podemos diferenciar tres núcleos en la ciudad, de los cuales, dos de ellos son griegos: La Palaiápolis y la Neápolis.
La Palaiápolis (ciudad antigua) se encontraba instalada en una isla frente a la costa que actualmente se sitúa unida a tierra firme. Trás la fundación de la neápolis, este núcleo adoptó el papel de acrópolis, es decir, la parte más elevada de la ciudad, en el que se encontraban la fortaleza y el templo, que se dice fue dedicado a la Diosa Artemisa.
La Neápolis (ciudad nueva) se relaciona con la zona de crecimiento de una ciudad que se debe a un aumento demográfico de la misma y provoca que el núcleo fundamental de la ciudad tenga que extenderse, o como es el caso, se deba asimilar otro nuevo núcleo.
La Neápolis contaba con diversos edicificios que son:
Murallas.
La Neápolis era un rectángulo de irregulares dimensiones ( 200x130m) en el cual se encontraba el puerto al norte y al sur una muralla sencilla, formada por varios bloques de piedra caliza, heredados de una muralla aún más anterior. Se descubrió que esta muralla fue desplazada, seguramente para ganar unos metros al núcleo urbano y así poder construir nuevos templos. Se comenta respecto a la muralla que rodeaba la parte oeste de la Neápolis, que contaba con una torre de vigilancia o atalaya de amplias dimensiones. Esta fortificación y una torre también hayada en el mismo siglo, se supone que tuvieron que formar parte de una gran complejo defensivo contra los enemigos.
El recinto de Ascleplios.
En el terreno que ganaron al desplazar la muralla hacia el sur, se contruyeron numerosos edificios de carácter religioso. En este caso, vamos a hablar del recinto de Asclepios, un templo terapéutico y religioso, en honor al Dios de la medicina Asclepios, que fue totalmente modificado y se encontró intramuros al desplazar la ya citada muralla. En este recinto, se econtraban tres templos, además de unas cisternas, donde se almacenaba el agua que necesitaban para llevar a cabo los ritos de purificación, un pozo hallado y un edificio porticado donde los enfermos cociliaban el sueño sagrado y así los sacerdotes podían establecer el tratamiento terapéutico a seguir.
El recinto de Serapis.
Debido también al espacio ganado al desplazar la muralla griega del s. IV a.C, se contruyó en Ampurias una plaza porticada, que en el siglo I a.C. sufrió una importante transformación al ser construido en una de sus zonas un templo tetrástilo, es decir, con cuatro columnas, dórico y con escaleras laterales en honor al Dios Serapis.
Edificios civiles.
Los arqueólos han encontrado restos de un centro urbano helenístico formado por un ágora, es decir, una plaza en la que se reunían los ciudadanos, una stoa, considerada también un espacio público de reunión y un mercado. Todos ellos, situados en el centro de la ciudad griega desde donde nacen las dos vías principales de la Neápolis. Para la construción de estos edificios públicos, fue necesario destruir parte del barrio que habitaba en esa zona.
Arquitectura doméstica.
La mayoría de las excavaciones centran sus resultados en casas donde habitaban las familias, antes del s. II a.C. con escasa información de dichas construciones y a partir del cual, con una información mucho más ampliada. Las casas de origen griego que conformaban la Neápolis son las llamadas 'Casas de perístilo' de evidente tradición griega que por el término se entiende que poseían un gran patio rodeado de columnas.
Escollera helenística.
La escollera o muelle es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, por haberse mantenido siempre visible y en pie, entre otras razones. Sus dimensiones eran impactantes (182m de longitud, 6m de ancho y 6,5m de altura).
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